EL MATRIMONIO
Jesús mismo resalto la institución natural del Matrimonio como un sacramento durante su vida pública, porque si bien recordamos su primer milagro fue en las bodas de Caná, asistiendo y ayudando por intercesión de María a aquellos novios que estaban en apuros para llevarles paz. San Pablo incluso enseñó sobre el Matrimonio hablando de la relación entre los miembros de la Iglesia y Cristo el novio como figura entre marido y mujer.
El matrimonio es un sacramento que exhorta que el esposo y la esposa se atienda mutuamente, este servicio se basa en la virtud de la caridad y se realiza con un espíritu de cuidado y preocupación por el bien de la pareja y los hijos siguiendo los ejemplos de Jesús.
ORIGEN
Desde el Génesis, Dios nos revela el proyecto del Matrimonio con un plan para todas las generaciones, en el cual un hombre y una mujer se unirán para formar una sola carne, dejando incluso a su padre y madre para formar un hogar y vivir una vida en pareja de común unión y mutuo respeto y amor, extendiéndose a los hijos, fruto del amor entre ellos.
LLAMADO ESPECÍFICO: AMOR MUTUO
Dios es la fuente del amor, por lo que su papel en la familia es insustituible. De hecho, el hombre no existiría si no fuera creado por el amor de Dios y constantemente preservado por él. Entonces el matrimonio es la unión amorosa de un hombre y una mujer con el propósito de la procreación y la crianza de los hijos. Desde el punto de vista cristiana, el matrimonio es un sacramento, instituido por Cristo. El propósito del matrimonio sirve no solo para el cuidado de los hijos, sino también a la comunión y el bien de la pareja. La institución de la familia ha sido la base de la sociedad a lo largo de la historia humana. La familia transmite cultura, costumbres y fe a cada generación. Los matrimonios en el momento actual enfrentan una batalla cuesta arriba para mantenerse fieles a la sagrada confianza que han recibido de Dios para ser una escuela viva de amor, pero ahora más que nunca deben aferrarse a la fe y las escrituras para fortalecer su unión día a día.
ETAPAS DEL MATRIMONIO
El Matrimonio tiene fases muy puntuales a vivir como pareja que deben ser llevadas a buen término, cada una para que realmente ese amor vaya creciendo de manera sana y santa, guiados por el mismo Jesús. La primera etapa será el Romance, la cual inicia con el período de noviazgo y continua los primeros años del matrimonio y debe ser una de las etapas más especiales donde cada uno debe dar lo mejor de sí y tomarse el tiempo de conocer a detalle las características especiales de su pareja que los tienen tan enamorados.
Una segunda etapa será la llega de los Hijos al núcleo familiar en este momento ambos deben estar conscientes que el amor que se tenían como pareja debe expandirse ahora a los nuevos miembros esto puede implicar en algunos momentos distanciamiento entre la pareja, pero deben tomarse espacios para que su relación se mantenga en una buena comunicación y detalles mutuos.
Es importante siempre dialogar acerca de cómo se siente la pareja con respecto al cónyuge para mejorar cada día aspectos y así construir lazos fuertes a la luz de la Palabra de Dios.
COMPROMISOS DEL MATRIMONIO
Todo lo que se acepta durante el matrimonio debe ser visto de común acuerdo, es decir, que si se habla de compromisos dentro del matrimonio serán pactos tomados en el mejor dialogo posible.
El primero de ellos y muy fundamental es la Fidelidad, la pareja de saber que hay muchas tentaciones que pueda afrontar dentro de su matrimonio y que muchas veces se preferirá huir de la relación, cuando en realidad la actitud debe ser luchar por hacer crecer y fortalecer la relación, así que la fidelidad parte desde la misma complicidad que se tengan, si pueden ser totalmente abiertos en exponer sus pensamientos y sentimientos para avanzar en su relación y hacerla más fuerte logrando afianzar lazos más estrechos e íntimos.
Otro aspecto debe ser la Tolerancia, como medida de amor se debe ver en la pareja, a la persona que completan la relación y que muchas veces las diferencias entre cada uno pueden volverse fortalezas para ambos.
Y por último el gran lema de “Hasta que la muerte los separe”, el matrimonio debe proyectarse como un propósito de vida y no como una mera emoción del momento la persona que asume optar por el Matrimonio tuvo que haber hecho una buena reflexión en oración, para que Dios mismo iluminará su decisión y que esta se convirtiera en vocación, claro está que como todo proyecto no significa que no tenga retos sino que por el contrario cada reto y etapa represente un deseo para seguir adelante con la misma pasión y entrega con la que se empezó.
Dios siempre quiso que el hombre no estuviera solo y por eso puso a la persona idónea para complementarlo en su vida, para ser ese respaldo y apoyo que los haga juntos avanzar y ser una escuela de amor para todos los nuevos seres humanos que crezcan en ese entorno, es por eso que el sacramento del Matrimonio es una representación clara de lo que debe ser el amor que Dios nos tiene a todos.
/DGómez
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