EL PERDÓN


Queremos encaminarte a la verdadera configuración con Cristo a través de este tema importante para tu vida cotidiana, porque siempre vamos a enfrentarnos a momentos en los cuales necesitamos perdonar o ser perdonados por alguien.




  1. ¿Qué es el perdón?


Es la base para la sanidad de la mente y del espíritu, de la conciencia y del corazón, es la clave principal para una liberación espiritual guiada por Dios. Es renunciar y olvidar una ofensa recibida, no guardando rencor ni resentimiento. El perdón te lleva a medirte en la capacidad que tienes de amar a los demás y de esa manera ser indulgente con tu prójimo, esto mismo del amor te llevará a buscar la absolución de alguien a quien hayas ofendido. Seguiremos el ejemplo dictado por Jesús en Mateo 5, 23 y 24: Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda".


  1. ¿A quién debemos perdonar?


  • A nosotros mismos: Somos causa de nuestras propias decepciones por malas decisiones que hemos tomado. Debo perdonarme por todos aquellos errores, fallas y hasta las veces en que yo mismo me he dicho “No sirvo para nada”. También me debo perdonar las veces en que he atentado contra mi cuerpo a través de consumos indebidos y excesivos, marcas que he realizado a mi cuerpo o por no cuidar mi salud. Debo tener la suficiente humildad para reconocer que soy humano y que estoy inclinado a cometer errores, por ello me perdono a mi mismo por las faltas cometidas.


  • A nuestro prójimo: Debo ser consciente que las demás personas también son humanos y por ello fallan, aunque debo hacer un discernimiento ya que no todas las cosas cometidas hacia mí son de manera personal. Resulta difícil cuando la persona que te falló era alguien a quien amabas mucho, un padre, una madre, un familiar, tu mejor amigo o amiga, pero aun en estas situaciones debemos perdonar. Recuerda que las personas que aman saben perdonar, esto es parte del mandamiento del amor instituido por Jesús, amar al prójimo como a nosotros mismos. Sabiendo todo esto debes ser capaz de tener toda la humildad y el coraje de acercarte a las personas a las que has herido para que también tú puedas pedir perdón.


  • A Dios: Es válido que muchas veces no comprendas la voluntad de Dios y por ello no entendemos las tragedias que a veces nos pasan, o por algún momento de enfermedad que no estabas preparado para afrontar y claramente podemos decir que Dios permitió que todo esto pasara. También debes perdonar a Dios por todas las veces en que has clamado a Él y no has recibido respuesta y lo único que sientes es un silencio de olvido. Estas en todo tu derecho de cuestionar a Dios y de perdonarlo por estas situaciones, pero siempre ten presente lo que dice Romanos 8, 28: “Todo pasa para bien de los que aman a Dios”.


  1. En busca del Perdón de Dios


Debes saber que Dios no se complace en juzgar, sino en perdonar y que por el gran amor que nos tiene nunca se cansará de perdonarnos. Una de las misiones de Jesús en la tierra era redimir a toda la humanidad del pecado y por ello contamos con la gracia de ser perdonados seamos como seamos. Sabiendo todo esto debemos acercarnos a Él para hacer esa búsqueda de su misericordia, recuerda que un corazón arrepentido recibe un perdón absoluto. El desde su infinita misericordia nos ha regalado el sacramento de la reconciliación para que podamos pedir perdón por nuestras faltas cometidas y de esta manera recibir la absolución de todos nuestros pecados.


Te invitamos a que te acerques a Él sabiendo que te ama y que te espera con los brazos abiertos para reintegrarte al redil, Dios te bendiga.


/ENij


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